¿Cuántas veces hemos oído esta expresión previamente? Usualmente nos la comunican cuando algo o alguien nos irrita o nos molesta de manera significativa. Para algunos puede parecer divertida, para otros bastante absurda y existirán aquellos que la consideran como la verdad incuestionable. Es verdad que a todos nos produce algo. ¿Será que revela ciertas verdades escondidas?, ¿será que oculta la omisión que el otro hace de nuestras emociones?, ¿o, acaso nos confronta con lo desagradable en uno mismo?
Lo que te choca te checa no es un término psicológico que permita a los expertos en salud comprender el funcionamiento de la mente, pero existe un concepto que creo puede asistirnos a comprender qué sucede con esa famosa frase tan repetida. Se denomina: proyección y es precisamente de lo que deseo conversar en esta ocasiónoca.
La proyección es un mecanismo de defensa, un principio esencial para el psicoanálisis, dado que la teoría sostiene que nuestro aparato mental se compone de tres entidades: el Ello, el Yo y el Súper Yo. El ello representa todo lo inadmisible para la conciencia, o sea, para el Súper Yo, estos dos son mediados por el Yo, el Yo trabaja en busca de la regulación de deseos, pensamientos y acciones y, de forma inconsciente hace uso de los los mecanismos de defensa para para lograr su objetivo. Entonces decimos que los mecanismos están en función del Yo, es decir, de la regulación. Si operan correctamente, se consigue un comportamiento más civilizado y social. Hay varios mecanismos de defensa, todos los empleamos cotidianamente porque son imprescindibles para coexistir y desarrollarnos saludablemente.
Comprendémoslo de manera más eficiente. Los mecanismos de defensa tienen como objetivo desalojar pensamientos y anhelos desagradables para nuestro Súper Yo, formado por una herencia moral de nuestros cuidadores y cultura. Para conseguirlo, necesita protegerse de la realidad psíquica y, en función del mecanismo, la tuerce, la modifica o realiza algunas modificaciones más.
Concretamente, la proyección implica observar algo en el otro que resulta incómodo. Este aspecto que se percibe es interno, pero no aceptable para el Súper Yo, por lo que mediante la proyección, se sitúa en la persona que genera tal incomodidad. Así que ya no es el otro, soy yo quien percibe lo que no me agrada de mí mismo y lo pongo en el otro para vivirlo sin tener que reconocerlo a mí mismo.
Hasta este punto podríamos sostener que lo que te choca te checa. Sin embargo, no resulta tan fácil, ya que no todos nosotros utilizamos la proyección para expulsar lo que es inadmisible o intolerante para la conciencia. Hay otros mecanismos de protección que permiten esa emancipación, como por ejemplo: la negación, la conversación o la sublimación, dependerá de los medios para representar de cada individuo.
Para asegurar una mejor comprensión de lo que nos choca y lo que nos checa, es recomendable atravesar por un proceso de psicoterapia que complemente el análisis del funcionamiento inconsciente de cada individuo, comprendiendo el origen y la dinámica particular de nuestro aparato mental. Es probable que descubras que lo que se revela tiene implicaciones más significativas de lo que parece.
Se considera que una manera de comprender la incomodidad con el otro es reflexionar sobre lo que nos impacta, pero no siempre se aplica la misma fórmula.
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